Quiero que se acaben tantas cosas en el mundo.
La desigualdad por ejemplo, pero después todos seríamos iguales y el aburrimiento sería tan absurdo que lucharíamos de nuevo para volver a ser diferentes.
Que acabe la pobreza, pero entonces las riquezas ¿cómo las desaparecemos? Porque siempre habrá quien tenga más de algo y será más rico. Entonces volveríamos a luchar, para que nadie tenga nada.
Quisiera que se acabe el egoísmo, pero es egoísta hasta el simple hecho de pensarlo.
Quisiera que se acabe la mentira. Pero en un mundo de verdades no se sonreiría tan frecuentemente. Y para evitar tener que decir la verdad serían muchos los que optarían por callarse eternamente. Entonces nos hundiríamos en un silencio inaudito. Y en ese silencio nos miraríamos a los ojos y veríamos más verdades. Y entonces, optaríamos por dejar de vernos. Entonces seríamos ciegos. Simplemente un gran mundo de ciegos. Pero al no ver nada, ya no habrían verdades y sólo un mundo imaginado. Una gran falsedad.
Entonces creo que no quiero que se acabe nada, sino que empiece todo de nuevo. Que ese comienzo sea con memoria. Porque apostaría mi vida, que de volver a nacer sin memoria, la misma historia se repetiría como tonada monótona.
Entonces quiero que todo se quede igual. Y que como siempre algunos luchemos por cambiar. Y que como siempre otros se pierdan en su status quo. Y que como siempre, cada mañana, mi hija me siga sonriendo…
lunes, 7 de noviembre de 2011
jueves, 27 de octubre de 2011
Pesadilla
Cada figura es reflejo e ilusión de la mirada.
Cristales opacos de una verdad que nunca podemos alcanzar.
Hemos desarrollado con los años miles de artefactos para lograr vernos como somos, no como pensamos o creemos ser.
Espejos que nos sirven de amigo imaginario. Cámaras que retratan nuestro miedo a ser nosotros mismos. Grabadoras que sustituyen sus espacios vacíos con la voz que no podemos escuchar.
Y entonces vemos el arcoíris por primera vez en nuestras vidas mientras dejamos a un lado los placeres del camino.
Nuestra película de horror siempre tiene el mismo despertar. Nuestro sueño cambia los colores abruptamente y no somos capaces de darnos cuenta.
Vivimos llenos del miedo de crecer. Miedo a amar, por tener miedo a sufrir. Queremos que todo sea una mentira de ganancia, y lo preferimos a la pérdida de algo verdadero.
Maldito sea el miedo que un día se entró en el tuétano de nuestros huesos. Maldito porque no nos deja ser lo que somos. Seres humanos y nada más…
Cristales opacos de una verdad que nunca podemos alcanzar.
Hemos desarrollado con los años miles de artefactos para lograr vernos como somos, no como pensamos o creemos ser.
Espejos que nos sirven de amigo imaginario. Cámaras que retratan nuestro miedo a ser nosotros mismos. Grabadoras que sustituyen sus espacios vacíos con la voz que no podemos escuchar.
Y entonces vemos el arcoíris por primera vez en nuestras vidas mientras dejamos a un lado los placeres del camino.
Nuestra película de horror siempre tiene el mismo despertar. Nuestro sueño cambia los colores abruptamente y no somos capaces de darnos cuenta.
Vivimos llenos del miedo de crecer. Miedo a amar, por tener miedo a sufrir. Queremos que todo sea una mentira de ganancia, y lo preferimos a la pérdida de algo verdadero.
Maldito sea el miedo que un día se entró en el tuétano de nuestros huesos. Maldito porque no nos deja ser lo que somos. Seres humanos y nada más…
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lunes, 10 de octubre de 2011
Recordando con los labios
Cuando pensamos en alguna persona especial lo hacemos en puras imágines magnificadas. Más deliciosas que como eran originalmente. Es recordar con los labios, con el sabor, con los sentidos…
Te recuerdo con mis labios,
porque se me ha olvidado el tamaño de tu boca pero puedo trazar con saliva el largo de tu lengua.
Puedo recordar el sabor de tu cuello complementado con tu gemido y perder el sueño.
Puedo recordar como humedecía tu pecho con mis besos mientras mis manos dibujaban tu silueta desnuda entre mis dedos.
Puedo recordar perder el hambre pero nunca el apetito por ti.
Te recuerdo con mis labios,
Y con tus labios entre mis piernas recuerdo el paraíso, el infierno y los confines del mundo que conozco y los que me faltan por conocer.
Porque con mis labios en tus deseos perdía las fronteras entre tu cuerpo y el mío.
Porque mi cintura seguirá siendo el jardín de todas tus posibilidades, aunque tú no te acurdes.
Puedo seguir besando tu destino, tu olvido, tus pasiones, sin tener que besarte a ti.
Te recuerdo con mis labios,
porque amar es una estrategia que convertí en vida, y una vida que convertí en eternidad.
Y podrás amar algún día sin mi presencia, pero más que yo nadie te amará.
Porque recuerdo… hasta lo que tú en minutos ya has olvidado.
Te recordaré siempre con los labios, porque después de haberte besado, besarte es como único te pude amar más…
Te recuerdo con mis labios,
porque se me ha olvidado el tamaño de tu boca pero puedo trazar con saliva el largo de tu lengua.
Puedo recordar el sabor de tu cuello complementado con tu gemido y perder el sueño.
Puedo recordar como humedecía tu pecho con mis besos mientras mis manos dibujaban tu silueta desnuda entre mis dedos.
Puedo recordar perder el hambre pero nunca el apetito por ti.
Te recuerdo con mis labios,
Y con tus labios entre mis piernas recuerdo el paraíso, el infierno y los confines del mundo que conozco y los que me faltan por conocer.
Porque con mis labios en tus deseos perdía las fronteras entre tu cuerpo y el mío.
Porque mi cintura seguirá siendo el jardín de todas tus posibilidades, aunque tú no te acurdes.
Puedo seguir besando tu destino, tu olvido, tus pasiones, sin tener que besarte a ti.
Te recuerdo con mis labios,
porque amar es una estrategia que convertí en vida, y una vida que convertí en eternidad.
Y podrás amar algún día sin mi presencia, pero más que yo nadie te amará.
Porque recuerdo… hasta lo que tú en minutos ya has olvidado.
Te recordaré siempre con los labios, porque después de haberte besado, besarte es como único te pude amar más…
martes, 20 de septiembre de 2011
El perro y el amo [cuento]
“Quiero rescribir el amor” le dijo el perro al amo- El amo sentado en el balcón de la casa miró al horizonte por encima de las páginas de su libro. Y bebiendo un sorbo de café recién hecho bajó la mirada a su perro y le dijo “te escucho”
El perro dejó de mover su cola, se puso en sus cuatro patas hacia el mismo horizonte y le relató “La vida de perro amo no es amor. Me siento méndigo de tus momentos y tus tiempos. Esclavo del aburrimiento en tus libros. Cadena perdida de tus soledades”- el amo, que se pensaba a sí mismo como el más amoroso del mundo le dijo- “estás para obedecerme, no para amarme”.
Entonces, el perro se sentó de nuevo a su lado. Miró el mismo horizonte que empezaba a pintarse de atardecer. Esa noche el perro no ladró a la luna, a la mañana no corrió por el periódico, no persiguió al cartero, no miró su cola, no se persiguió así mismo.
Al atardecer su amo se sentó en el balcón, en su rutina y se dirigió al perro y le dijo “qué debo hacer para que vuelvas a ser el mismo”
Y se levantó de su regazo, miró al amo y respondió “ya no me pidas mentirme a mí mismo. Tú no debías amarme, es cierto. Pero ahora que sé que soy yo quien me amo, no quiero servirte. Porque sabe qué, amo? También servimos por amor”….
Moraleja: Muchas. Verdades: Muchas. Absoluta: ninguna…
Sólo tenías ganas de ponerlos a pensar en el amor.
El perro dejó de mover su cola, se puso en sus cuatro patas hacia el mismo horizonte y le relató “La vida de perro amo no es amor. Me siento méndigo de tus momentos y tus tiempos. Esclavo del aburrimiento en tus libros. Cadena perdida de tus soledades”- el amo, que se pensaba a sí mismo como el más amoroso del mundo le dijo- “estás para obedecerme, no para amarme”.
Entonces, el perro se sentó de nuevo a su lado. Miró el mismo horizonte que empezaba a pintarse de atardecer. Esa noche el perro no ladró a la luna, a la mañana no corrió por el periódico, no persiguió al cartero, no miró su cola, no se persiguió así mismo.
Al atardecer su amo se sentó en el balcón, en su rutina y se dirigió al perro y le dijo “qué debo hacer para que vuelvas a ser el mismo”
Y se levantó de su regazo, miró al amo y respondió “ya no me pidas mentirme a mí mismo. Tú no debías amarme, es cierto. Pero ahora que sé que soy yo quien me amo, no quiero servirte. Porque sabe qué, amo? También servimos por amor”….
Moraleja: Muchas. Verdades: Muchas. Absoluta: ninguna…
Sólo tenías ganas de ponerlos a pensar en el amor.
martes, 30 de agosto de 2011
Bajo la lluvia...
Bajo la lluvia es una de las metáforas de libertad, emoción y vida que más nos llena. Y pensarnos bajo la lluvia logra hacernos sentir mejor aunque en nuestra realidad nos cueste mucho permitirnos ese encanto. Lo que escribirá mi Aanadi en esta entrada es una fuerza motora...para seguir andando.
Bajo la lluvia...
Con los pies descalzos dentro del fango, y con ese frío subiendo por la espinilla...
y seguir andando.
Bajo la lluvia...
Con los ojos cerrados volando a lo más alto, con los brazos extendidos para abrazar la esperanza...
y seguir andado.
Bajo la lluvia...
Con los puños cerrados golpeando un árbol, para hacer caer sus hojas en el camino...
y seguir andando ...
Bajo la lluvia...
Con la mirada perdida en lo perdido y el amor puesto mojado sobre las ropas. Esperando la desnudes...
y seguir andando...
Bajo la lluvia...
Esperando un último beso, una última caricia, una última mentira con jugoso sabor a verdad...
y seguir andando...
Bajo la lluvia...
Gritar con el alarido más rotundo como loba en celo un te amo al viento. Y que todo acabe...
Mientras seguimos andando...
Bajo la lluvia...
Sin ropa, sin sueños, sin nada entre las manos...
Andando...
Bajo la lluvia...
Con los pies descalzos dentro del fango, y con ese frío subiendo por la espinilla...
y seguir andando.
Bajo la lluvia...
Con los ojos cerrados volando a lo más alto, con los brazos extendidos para abrazar la esperanza...
y seguir andado.
Bajo la lluvia...
Con los puños cerrados golpeando un árbol, para hacer caer sus hojas en el camino...
y seguir andando ...
Bajo la lluvia...
Con la mirada perdida en lo perdido y el amor puesto mojado sobre las ropas. Esperando la desnudes...
y seguir andando...
Bajo la lluvia...
Esperando un último beso, una última caricia, una última mentira con jugoso sabor a verdad...
y seguir andando...
Bajo la lluvia...
Gritar con el alarido más rotundo como loba en celo un te amo al viento. Y que todo acabe...
Mientras seguimos andando...
Bajo la lluvia...
Sin ropa, sin sueños, sin nada entre las manos...
Andando...
viernes, 12 de agosto de 2011
Nos hace libres
[Hace mucho tiempo un amigo (@DonCrapula) me hizo la siguiente pregunta ¿Qué es la libertad? Y no es hasta hoy que me nació el deseo de intentar responder algo tan real y metafórico a la vez. Claro, todo con mi estilo particular de filosofía poética o su intento]
Cuando miramos el cielo indudablemente la sensación de ser libres entra en nuestro ser. Pero, ¿qué es eso? ¿Un sentimiento? ¿Un estado de conciencia? ¿Todo y nada a la vez? Es la libertad física, mental, emocional o divina. Nunca sabremos. Sólo es cuestión, de sentirla…
Una pared en blanco, nos hace libres,
porque en ella podemos pintar el futuro que queremos.
Una silla vacía nos hace libres,
porque podemos sentar en ella cualquier distancia.
Un abrazo nos hace libres,
porque en el momento necesario, ese nos llena.
Una mirada nos hace libres,
porque en ella cabalga hacia nuestra alma el amor.
Una enfermedad nos hace libre,
Porque en la necesidad de salud rebuscamos la vida poco a poco. Y la probamos como antes nunca pudimos saborearla.
La muerte nos hace libre, pero sólo libres de nosotros mismos.
La verdad nos hace libre. Pero sólo cuando es absoluta y sin heridas.
La infelicidad nos hace libres. Libres de un camino sin rumbo que éramos capaces de andar en falsedad.
El amor nos hace libres. Porque sólo cuando somos capaces de sentirlo en las entrañas, sólo cuando nos bebemos las lágrimas por necesitarlo. Sólo en ese momento nos sentimos vivos.
Entonces, ¿qué es la libertad? Es nacer. Es estar y saber que se está. Es luchar por el amor. Es luchar por la Patria. Es reírnos hasta la saciedad sin razón premeditada. Sólo porque sí. Ser libres, no es la antítesis de ser esclavos. La esclavitud es impuesta, y no, la libertad no se impone, simplemente…es nuestra desde el momento que deseamos poseerla.
[No sé si le respondo a mi amigo su pregunta…pero si lo llené de dudas, igualmente le respondí]
Hace más de un año escribí Sobre la libertad, pero una mirada diferente. Pase el que quiera.
miércoles, 3 de agosto de 2011
Despertando
En esos momentos donde te siente simplemente en el principio. Te sientes en ese lugar donde alguna vez te gustó estar. Pero ya no estas. Y ya no puedes hacer nada. Solo quedarte viendo tu vida. Mientras se detiene ante tus ojos.
Momentos donde no nos toca decidir.
Momentos donde debemos decidir.
Momentos donde todo ya está decidido.
Ese momento donde te falta el aire y para tu gran sorpresa sigues vivo. Estas ahí soportando la vida, cargándola y a la vez repensando estrategias para poder salvarla -sin haberla siquiera perdido-.
Momentos de agonías con sentido.
Momentos de agonías sin sentido.
Momentos donde todo el sentido está en la agonía.
Y deseas dejar ese paralelo en el tiempo y que todo siga como si nada hubiera pasado. Entonces descubres que riendo y maquillando una falsa sonrisa todo se arregla. Pero te has mentido ya tantas veces que prefieres llorar desconsoladamente hasta que encuentras consuelo en el fondo. Piso frío, de losetas viejas; las mismas de tu primer hogar.
Momento donde te encuentras.
Momento donde te reencuentras.
Momento donde dejas de llorar.
Entonces... recobras el sentido. Te levantas, caminas y te sientas a la mesa a beberte un café. Y empiezas un nuevo día con el alma seca, pero viva. Con los pensamientos agotados, pero respirando. Con el corazón cansado, pero palpitando...
Momentos donde no nos toca decidir.
Momentos donde debemos decidir.
Momentos donde todo ya está decidido.
Ese momento donde te falta el aire y para tu gran sorpresa sigues vivo. Estas ahí soportando la vida, cargándola y a la vez repensando estrategias para poder salvarla -sin haberla siquiera perdido-.
Momentos de agonías con sentido.
Momentos de agonías sin sentido.
Momentos donde todo el sentido está en la agonía.
Y deseas dejar ese paralelo en el tiempo y que todo siga como si nada hubiera pasado. Entonces descubres que riendo y maquillando una falsa sonrisa todo se arregla. Pero te has mentido ya tantas veces que prefieres llorar desconsoladamente hasta que encuentras consuelo en el fondo. Piso frío, de losetas viejas; las mismas de tu primer hogar.
Momento donde te encuentras.
Momento donde te reencuentras.
Momento donde dejas de llorar.
Entonces... recobras el sentido. Te levantas, caminas y te sientas a la mesa a beberte un café. Y empiezas un nuevo día con el alma seca, pero viva. Con los pensamientos agotados, pero respirando. Con el corazón cansado, pero palpitando...
viernes, 17 de junio de 2011
Destino...
Sí, hoy quiero reflexionar sobre un momento de la vida. Ese mismo que te detiene. Que no te deja andar…
De caída…
Cuando vemos toda las situaciones servirnos de pantalla oscura. Cuando el tiempo se detiene sólo para vernos caer. Cuando la soledad se vuelve una verdad absoluta envuelta en las moléculas del aire. Cuando el suelo, aunque lo vemos cerca, no lo vemos bien. Ese momento cuando caemos.
Los brazos buscan muchas veces rescatarnos entre las ínfimas paredes que imaginamos. Entre las cuerdas que guindábamos para pretender balancearnos. Entre los amigos que no reconocemos. Entre el olor a azufre que no permite que respiremos más las hojas o la primavera.
Doblamos las rodillas al suelo…
Y cuando parece que ya todo acaba, aparece el gran risco. Y no nos atrevemos a lanzarnos. Es lo que divide a los vivos de los muertos. Estar en la orilla de ese precipicio es eso que todos pretenden llamar depresión, angustia, agonía. Cuando estamos ahí, sólo alzar la vista y redescubrir el horizonte es lo único que nos salva. Pero por el contrario, sólo vemos las olas chocar contra las rocas y a su vez hacerse espuma blanca. Nos hipnotiza. Y nos perdemos el amanecer de manera fantasiosa. No despertamos. No sabremos cómo hacerlo, si no sacamos de nuestras entrañas el valor de alzar la vista. De mirar de nuevo al sol…
¿Estás delante de ese momento? Te recuerdo, el camino es sólo el tuyo. Que lo que sea tuyo, nadie te lo quita. Que el destino no tiene sillas de ruedas. Y si las tuviera, te tocará solo a ti ensuciarte las manos en las ruedas y nunca más volver a tener razones para rendirte…
No, no sé cómo convencerte de que alces la vista al sol; pero te recuerdo que el agua al fondo del caño estará aún más dolorosa… y de seguro, no acuñará en sus fauces ni la más mínima expresión de tu existencia. No habrán recuerdos.
De caída…
Cuando vemos toda las situaciones servirnos de pantalla oscura. Cuando el tiempo se detiene sólo para vernos caer. Cuando la soledad se vuelve una verdad absoluta envuelta en las moléculas del aire. Cuando el suelo, aunque lo vemos cerca, no lo vemos bien. Ese momento cuando caemos.
Los brazos buscan muchas veces rescatarnos entre las ínfimas paredes que imaginamos. Entre las cuerdas que guindábamos para pretender balancearnos. Entre los amigos que no reconocemos. Entre el olor a azufre que no permite que respiremos más las hojas o la primavera.
Doblamos las rodillas al suelo…
Y cuando parece que ya todo acaba, aparece el gran risco. Y no nos atrevemos a lanzarnos. Es lo que divide a los vivos de los muertos. Estar en la orilla de ese precipicio es eso que todos pretenden llamar depresión, angustia, agonía. Cuando estamos ahí, sólo alzar la vista y redescubrir el horizonte es lo único que nos salva. Pero por el contrario, sólo vemos las olas chocar contra las rocas y a su vez hacerse espuma blanca. Nos hipnotiza. Y nos perdemos el amanecer de manera fantasiosa. No despertamos. No sabremos cómo hacerlo, si no sacamos de nuestras entrañas el valor de alzar la vista. De mirar de nuevo al sol…
¿Estás delante de ese momento? Te recuerdo, el camino es sólo el tuyo. Que lo que sea tuyo, nadie te lo quita. Que el destino no tiene sillas de ruedas. Y si las tuviera, te tocará solo a ti ensuciarte las manos en las ruedas y nunca más volver a tener razones para rendirte…
No, no sé cómo convencerte de que alces la vista al sol; pero te recuerdo que el agua al fondo del caño estará aún más dolorosa… y de seguro, no acuñará en sus fauces ni la más mínima expresión de tu existencia. No habrán recuerdos.
viernes, 10 de junio de 2011
Quiero ser...
Quiero ser esa palabra que no has tenido el valor de mencionar. Esa que piensas con tus manos en el pecho y respiras con el sudor de tus deseos. La que te inspira sin más razón que esa de estar viva, pero que no mencionas. La retienes para ti con una idea última que no deseas perder. Pero entonces me besas…y en ese beso siento como se te arruga el pensamiento. Como cobijas en las fisuras de torrentes líquidas un “te amo” y sólo resulta con un detente…
Quiero ser ese instante de silencio con el que miras mi cuerpo desnuda a tu lado. Ese momento de ternura de un capitán de guardia, de custodio. Ese silencio que me grita desesperado que no me quiere ver vestida nunca para él. Que el tiempo cambiará las molduras de ese espacio, pero nunca dejará de ser el huésped de mi alma. En ese silencio me pierdo. Y amo verme perdida en ti… Ese es el mejor camino de encuentro…
Quiero ser la razón de tus enojos. La llama de todas tus furias. La verdad dentro de todas tus verdades y verte caer de rodillas en llanto. No, no estoy esperando verte humillado. Quiero verte enamorado de quien soy con todo mis defectos. Con todos mis principio. Con toda yo sin momento a nadie más. Porque así estoy yo enamorada de tus todos que hacen sólo uno… eres mi gestalt, mi “todo más que la suma de sus partes”.
Quiero ser fluido. Quiero ser sólido. Quiero ser aire. Quiero ser líquido. Quiero ser materia eterna, sólo por ti…
La eternidad es esa que vivo en un segundo a tu lado…
Quiero ser ese instante de silencio con el que miras mi cuerpo desnuda a tu lado. Ese momento de ternura de un capitán de guardia, de custodio. Ese silencio que me grita desesperado que no me quiere ver vestida nunca para él. Que el tiempo cambiará las molduras de ese espacio, pero nunca dejará de ser el huésped de mi alma. En ese silencio me pierdo. Y amo verme perdida en ti… Ese es el mejor camino de encuentro…
Quiero ser la razón de tus enojos. La llama de todas tus furias. La verdad dentro de todas tus verdades y verte caer de rodillas en llanto. No, no estoy esperando verte humillado. Quiero verte enamorado de quien soy con todo mis defectos. Con todos mis principio. Con toda yo sin momento a nadie más. Porque así estoy yo enamorada de tus todos que hacen sólo uno… eres mi gestalt, mi “todo más que la suma de sus partes”.
Quiero ser fluido. Quiero ser sólido. Quiero ser aire. Quiero ser líquido. Quiero ser materia eterna, sólo por ti…
La eternidad es esa que vivo en un segundo a tu lado…
miércoles, 18 de mayo de 2011
Entre los espacios
Cuando se habla de soledad se habla de espacio, de tiempo, de esperas incesantes sin respuestas. Se habla de apariencias de sonrisas sin vida y de caricias sin sentido, más allá del mínimo discrimen de sentirse a uno mismo. Esferas improvisadas de cordura retenida, de lágrimas de risa, de recuerdos que recuerdan las largas y hermosas distancias entre tu cuerpo y el cuerpo deseado. Pero la soledad es una oportunidad de saberse de uno mismo, sin ser de nadie. Pero como la sociedad donde habitamos nos susurra al oído que sólo eres, si eres de alguien, nos seguimos hundiendo en el gran sentimiento oceánico del cual nos hablaba Sigmund Freud. Y el siguiente pensamiento, sólo es una lágrima de esas muchas que ustedes lloran en sus espacios…
En ese rincón de la habitación
donde has perdido al gran habitante,
donde has regalado a una sombra
tus caricias, dándolas por vencidas,
ante la ilusión de tener dueño.
En ese espacio sin sentido
al que le robaste el habla
y le entregaste el llanto.
Ahí donde la luna regala penumbra,
Donde el sol es sólo sarcasmo.
A ese rincón le regalo mi canto,
mis manos que pintan recuerdos,
mi amor que entraña pasiones prohibidas.
Y en ese rincón me amo conmigo
y sin ti.
Porque en ese momento es cuando
nuestra sombra es la vida y el cuerpo
solo huesos y distancia.
En ese momento tenemos que despertar
y seguir erguidos siendo algo más
que espacios.
Tenemos que ser tiempos.
Tenemos que ser color.
Tenemos que simplemente ser.
[Ya he limpiada tantas veces los espacios que los recuerdos ya no lloran ni padecen. Son ahora la filmoteca de pantalla y sin público, como siempre debería ser]
En ese rincón de la habitación
donde has perdido al gran habitante,
donde has regalado a una sombra
tus caricias, dándolas por vencidas,
ante la ilusión de tener dueño.
En ese espacio sin sentido
al que le robaste el habla
y le entregaste el llanto.
Ahí donde la luna regala penumbra,
Donde el sol es sólo sarcasmo.
A ese rincón le regalo mi canto,
mis manos que pintan recuerdos,
mi amor que entraña pasiones prohibidas.
Y en ese rincón me amo conmigo
y sin ti.
Porque en ese momento es cuando
nuestra sombra es la vida y el cuerpo
solo huesos y distancia.
En ese momento tenemos que despertar
y seguir erguidos siendo algo más
que espacios.
Tenemos que ser tiempos.
Tenemos que ser color.
Tenemos que simplemente ser.
[Ya he limpiada tantas veces los espacios que los recuerdos ya no lloran ni padecen. Son ahora la filmoteca de pantalla y sin público, como siempre debería ser]
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miércoles, 27 de abril de 2011
Biopolitica de un cuerpo en decadencia
Pensando sobre la pertenencia del cuerpo. Por esa sensación de ser y dejar de ser. Ese cuerpo que es fuente y remanso de todo sentimiento, de cada culpa, de cada letanía de verdades y mentiras. Ese espacio es tan mío que lo dejo ir. Tan mío que no puedo detener su muerte. Tan mío…que lo dejo ser tuyo.
Mi cuerpo dejó de ser mío
y empezó a ser tuyo sin permiso alguno.
Se dejó poseer por tus miradas perdidas,
por el encuentro fugaz entre tus noches y mis días,
se dejó llevar por las olas de sonido de tu boca.
Se embarcó en tus labios de curvas perfectas,
respiró tu saliva como alimento.
Y dejó de ser mío sin marcha atrás,
y entró en la decadencia de olvidarse así mismo.
Mi cuerpo dejó de ser mío
por que perdí el control y el espacio,
perdí las ganas de separarlo de ti.
Y me murmuraste mi pertenencia,
y mantuviste tu pertenencia,
para descubrir cómo en mi absoluto,
era absolutamente tuya.
Mi cuerpo dejó de ser mío
y empezó a ser tuyo sin permiso alguno.
Se dejó poseer por tus miradas perdidas,
por el encuentro fugaz entre tus noches y mis días,
se dejó llevar por las olas de sonido de tu boca.
Se embarcó en tus labios de curvas perfectas,
respiró tu saliva como alimento.
Y dejó de ser mío sin marcha atrás,
y entró en la decadencia de olvidarse así mismo.
Mi cuerpo dejó de ser mío
por que perdí el control y el espacio,
perdí las ganas de separarlo de ti.
Y me murmuraste mi pertenencia,
y mantuviste tu pertenencia,
para descubrir cómo en mi absoluto,
era absolutamente tuya.
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viernes, 8 de abril de 2011
¿Qué nos hace falta?: “A time To Kill” y la necesidad de dignidad antes de “Battle:L.A.”
Hace unos días en Puerto Rico, mi país, la Nación a la que me aferro con vehemencia, con profundo amor de cambio y necesidad. En este país suceden cosas y cosas, igual, nos consumen. Hace unos días una madre probó el amargo sabor de saber que tener dignidad y honor, parecerían ser un estado de humo, donde todos cruzan sin sentido. Perdió dos hijas a causa de un agente del orden público que, en estado de embriaguez y conduciendo negligentemente, impactó su auto. El hombre salió inocente. (http://www.elnuevodia.com/ahoraveoquelajusticiaenestepaisnovalenada-934858.html)
Me acordé de uno de mis dramas favoritos “A Time To Kill”. Una historia desarrollada en Mississippi, EEUU. Donde un padre negro, decide matar en público, plena corte, a tres hombres blancos que como parte de su cotidiano ocio, violaron, desgraciaron, agredieron, escupieron, humillaron y dejaron casi sin vida su hija de 7 años. Me acordé porque mi hija tiene 7 años ahora. Y fue una decisión simple para él. Le llamó justicia. La Ley no es justicia, es orden. Y vivimos, al parecer, en una democracia donde el orden campea por su respeto entre las influencias. Entre los poderos, los ricos. Pero nunca en el pobre, el necesitado, marginado. Luego me pregunté, ¿Será que no saben? ¿Será que mis hermanos puertorriqueños se quedaron sumidos culturalmente en el BBB? (Baile, Botella y baraja)
No, no me mal interpreten. No estoy esperando que la madre el padre de estas niñas busque una escopeta y le vuele los sesos a este tremendo ser humano. No espero que el jurado entienda que la justicia es hacer lo justo. Hacer pagar a un culpable una muerte. No, no lo espero. Pero, ¿Qué está esperando mi tierra para despertarse? Un Battle: Los Angeles? Deben llegar alienígenas con impactante armamento, matarnos sin razón comprensible, para que nos unamos contra las injusticias. ¿qué debe pasar?
Otra Antonia Martínez para unirnos y salvar la dignidad de Nuestra UPR?
Otro David Sanes, para unirnos y sacar otra marina de otro Vieques?
¿Cuántos más deben morir para que por fin nos movamos a defender la vida?
Yo, me despierto todos los días con mis múltiples caretas: la madre soltera, la madre de una hija con un padre muerto, la estudiante que lucha por terminar un doctorado después de dejar todo para poder terminar. La que debe pagar deudas, la que debe respetar el tráfico, la que respeta las leyes, las normas de cortesía, la generosidad de la gente. La que asiste a reuniones del ballet de su hija, la que escribe poesías para desahogar las tristezas que la rodean, la que dibuja una sonrisa para no regalar el llanto. ¿qué haces tú? ¿qué hacemos todos para reflexionar antes de que llegue la nave que nos toca con la batalla de nuestras vidas?
Sí, una reflexión poco poética, pero también necesaria…
Me acordé de uno de mis dramas favoritos “A Time To Kill”. Una historia desarrollada en Mississippi, EEUU. Donde un padre negro, decide matar en público, plena corte, a tres hombres blancos que como parte de su cotidiano ocio, violaron, desgraciaron, agredieron, escupieron, humillaron y dejaron casi sin vida su hija de 7 años. Me acordé porque mi hija tiene 7 años ahora. Y fue una decisión simple para él. Le llamó justicia. La Ley no es justicia, es orden. Y vivimos, al parecer, en una democracia donde el orden campea por su respeto entre las influencias. Entre los poderos, los ricos. Pero nunca en el pobre, el necesitado, marginado. Luego me pregunté, ¿Será que no saben? ¿Será que mis hermanos puertorriqueños se quedaron sumidos culturalmente en el BBB? (Baile, Botella y baraja)
No, no me mal interpreten. No estoy esperando que la madre el padre de estas niñas busque una escopeta y le vuele los sesos a este tremendo ser humano. No espero que el jurado entienda que la justicia es hacer lo justo. Hacer pagar a un culpable una muerte. No, no lo espero. Pero, ¿Qué está esperando mi tierra para despertarse? Un Battle: Los Angeles? Deben llegar alienígenas con impactante armamento, matarnos sin razón comprensible, para que nos unamos contra las injusticias. ¿qué debe pasar?
Otra Antonia Martínez para unirnos y salvar la dignidad de Nuestra UPR?
Otro David Sanes, para unirnos y sacar otra marina de otro Vieques?
¿Cuántos más deben morir para que por fin nos movamos a defender la vida?
Yo, me despierto todos los días con mis múltiples caretas: la madre soltera, la madre de una hija con un padre muerto, la estudiante que lucha por terminar un doctorado después de dejar todo para poder terminar. La que debe pagar deudas, la que debe respetar el tráfico, la que respeta las leyes, las normas de cortesía, la generosidad de la gente. La que asiste a reuniones del ballet de su hija, la que escribe poesías para desahogar las tristezas que la rodean, la que dibuja una sonrisa para no regalar el llanto. ¿qué haces tú? ¿qué hacemos todos para reflexionar antes de que llegue la nave que nos toca con la batalla de nuestras vidas?
Sí, una reflexión poco poética, pero también necesaria…
martes, 8 de marzo de 2011
Un momento
Te acercas sigiloso a mi cintura,
a mis espacios personales con tus manos, tu sonrisa.
Pones tus brazos alrededor de mi
mientras deslizas tus dedos por
mis bolsillos y me tocas.
Me besas con la mirada y me sientes con tus labios.
Con tu lengua estudias mi
temperatura.
Y de manera muy fácil
me haces tuya mientras estoy
vestida en un pasillo de apartamento.
Se abre la puerta del elevador,
nos desconectamos en cuerpo,
ya poseídos en alma.
[Mientras miramos los botones del elevador, dejamos los suspiros impregnados en el oxígeno que nos respiramos. Esos son momentos de amor]
a mis espacios personales con tus manos, tu sonrisa.
Pones tus brazos alrededor de mi
mientras deslizas tus dedos por
mis bolsillos y me tocas.
Me besas con la mirada y me sientes con tus labios.
Con tu lengua estudias mi
temperatura.
Y de manera muy fácil
me haces tuya mientras estoy
vestida en un pasillo de apartamento.
Se abre la puerta del elevador,
nos desconectamos en cuerpo,
ya poseídos en alma.
[Mientras miramos los botones del elevador, dejamos los suspiros impregnados en el oxígeno que nos respiramos. Esos son momentos de amor]
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jueves, 3 de marzo de 2011
La Pérdida
Perder,
podría ser un estado de conciencia.
Un momento que se hace así mismo
eterno.
Un instante que tiembla la tierra
donde pisas.
Una cueva subterránea sin olvido.
Perder,
es encontrarte sólo sin ti.
Tocar el vacío con palabras
y no poder definirlo sin llorar.
Perder,
es no volver atrás.
Es la gran huida de las hadas
de tus sueños camino a la realidad.
Perder,
es un suspiro que quema los
papiros del presente con candela.
Perder,
podría ser un estado de conciencia;
si en ella no regresas,
para poder decirte que te amo.
[Necesitaba con urgencia escribirle esto a mi viejo. No lo leerá, pero siempre pensó tenía talento. Se que de alguna manera el viento se lo susurrará al alma. Eres, fuiste y serás siempre un hombre como muy pocos. Te amo Marino (1931-2011)]
podría ser un estado de conciencia.
Un momento que se hace así mismo
eterno.
Un instante que tiembla la tierra
donde pisas.
Una cueva subterránea sin olvido.
Perder,
es encontrarte sólo sin ti.
Tocar el vacío con palabras
y no poder definirlo sin llorar.
Perder,
es no volver atrás.
Es la gran huida de las hadas
de tus sueños camino a la realidad.
Perder,
es un suspiro que quema los
papiros del presente con candela.
Perder,
podría ser un estado de conciencia;
si en ella no regresas,
para poder decirte que te amo.
[Necesitaba con urgencia escribirle esto a mi viejo. No lo leerá, pero siempre pensó tenía talento. Se que de alguna manera el viento se lo susurrará al alma. Eres, fuiste y serás siempre un hombre como muy pocos. Te amo Marino (1931-2011)]
lunes, 7 de febrero de 2011
Soy terrorista
Soy terrorista por que aprecio mis fines.
Aprecio mis verdades sobre tus mentiras.
Prefiero un libro de poesía a un afiche que haga trazos de tus guerras.
Ignoro tu mapa mundi.
Me gusta pensar con mis conclusiones,
y no concluir con tus ironías.
Prefiero oler a batalla que a Channel,
prefiero tener una verdad convertida en amor,
que un amor galardonado con unos cuantos chocolates.
Soy terrorista porque me visto de justicia para pensar,
de esa justicia que piensa en la humanidad.
De esa que ignora tu Mercedes o tu chofer.
De esa que liberó al negro y la mujer.
De esa que soporta una patada,
una bala y hasta la misma muerte.
Soy terrorista porque pienso en ti,
antes que en mi.
Por que en mi hija reflejo a todos los hijos.
Por que en los viejos, veo a mis viejos.
Por que moriré con orgullo,
mientras otros lo harán con dinero.
Soy terrorista porque leo.
Porque escribo.
Porque no me calló.
Porque amo.
Porque pinto.
Porque ser terrorista nace del amor,
El amor al todos, el amor a la realidad y la esperanza.
Por eso muchos estudiantes, maestros, trabajadores, profesores, seremos siempre, terroristas.
Aprecio mis verdades sobre tus mentiras.
Prefiero un libro de poesía a un afiche que haga trazos de tus guerras.
Ignoro tu mapa mundi.
Me gusta pensar con mis conclusiones,
y no concluir con tus ironías.
Prefiero oler a batalla que a Channel,
prefiero tener una verdad convertida en amor,
que un amor galardonado con unos cuantos chocolates.
Soy terrorista porque me visto de justicia para pensar,
de esa justicia que piensa en la humanidad.
De esa que ignora tu Mercedes o tu chofer.
De esa que liberó al negro y la mujer.
De esa que soporta una patada,
una bala y hasta la misma muerte.
Soy terrorista porque pienso en ti,
antes que en mi.
Por que en mi hija reflejo a todos los hijos.
Por que en los viejos, veo a mis viejos.
Por que moriré con orgullo,
mientras otros lo harán con dinero.
Soy terrorista porque leo.
Porque escribo.
Porque no me calló.
Porque amo.
Porque pinto.
Porque ser terrorista nace del amor,
El amor al todos, el amor a la realidad y la esperanza.
Por eso muchos estudiantes, maestros, trabajadores, profesores, seremos siempre, terroristas.
Etiquetas:
amor,
libertad,
terrorista
jueves, 3 de febrero de 2011
¿Cómo pensamos?
Parto de la premisa de que quien tiene y conoce del pensamiento crítico, conoce las bases de los procesos de pensamientos; o en su asunto más sencillo, los trabaja en el ruedo. Tenemos un cerebro capacitado fisiológicamente para entender y elaborar pensamientos. Dedicarle un poema, una rima a este tema, debe ser lo más extraño que he intentado hacer. Ustedes juzgarán si lo logro.
Son las formas las que vemos,
las que ya de niños nombramos con destreza,
son las que permitimos que nos definan el mundo.
Y empieza a germinar el mundo, las formas.
Empezamos el andar de nuestras piernas y vivimos
perplejos por la maravilla de la distancia.
Entre la otredad y el yo, entre los muchos y nuestra soledad.
Conocemos la palabra,
Conocemos los signos,
Simbolizamos.
Y nos vamos despertando a un mundo de significados
Y significamos.
Nos acercamos a las cosas con las manos, con los miedos,
nos alejamos de lo desconocido por temor.
Y alzamos la mirada al cielo de lo inhóspito,
y salimos de la cueva con los ojos ardiendo.
Y nombramos por la voluntad lo que destruiremos por condición.
Creeremos en lo que no vemos, ignoraremos por no pensar.
Caminaremos tan unidos que no sentiremos al otro.
Dejaremos de ser seres humanos
para vivir como animales muy lejos del pensamiento.
Escogemos esto como condición...
Vivimos enajenados de lo que deseamos,
deseamos vivir lo que simplemente dejamos pasar.
Son las formas las que vemos,
las que ya de niños nombramos con destreza,
son las que permitimos que nos definan el mundo.
Y empieza a germinar el mundo, las formas.
Empezamos el andar de nuestras piernas y vivimos
perplejos por la maravilla de la distancia.
Entre la otredad y el yo, entre los muchos y nuestra soledad.
Conocemos la palabra,
Conocemos los signos,
Simbolizamos.
Y nos vamos despertando a un mundo de significados
Y significamos.
Nos acercamos a las cosas con las manos, con los miedos,
nos alejamos de lo desconocido por temor.
Y alzamos la mirada al cielo de lo inhóspito,
y salimos de la cueva con los ojos ardiendo.
Y nombramos por la voluntad lo que destruiremos por condición.
Creeremos en lo que no vemos, ignoraremos por no pensar.
Caminaremos tan unidos que no sentiremos al otro.
Dejaremos de ser seres humanos
para vivir como animales muy lejos del pensamiento.
Escogemos esto como condición...
Vivimos enajenados de lo que deseamos,
deseamos vivir lo que simplemente dejamos pasar.
sábado, 15 de enero de 2011
Antes de dormir...
Quiero ver el futuro líquido morirse en mi ombligo,
En una mirada perdida encontrarme tu alma,
y retener en un gemido la sensación mas encarecida,
la vibración mas profunda de mi cuerpo dispuesto.
Quiero que le encontremos sentido a las frases silenciosas del espasmo momentanio del aliento.
Quiero un segundo de nada mientras entrelazamos dedos con caderas, miradas con boca, lengua con piel.
Quiero probar tu masculinidad con mi sed.
Tu presencia con mi ferviente obseción de dibujarte eterno.
Quiero que nos perdamos en la necesidad de ser...
Hala mi cabello,
grita mi nombre.
Antes de dormir,
Sintámonos con razones para morir.
...Dedicado a todo momento de desbordada pasión y amor
En una mirada perdida encontrarme tu alma,
y retener en un gemido la sensación mas encarecida,
la vibración mas profunda de mi cuerpo dispuesto.
Quiero que le encontremos sentido a las frases silenciosas del espasmo momentanio del aliento.
Quiero un segundo de nada mientras entrelazamos dedos con caderas, miradas con boca, lengua con piel.
Quiero probar tu masculinidad con mi sed.
Tu presencia con mi ferviente obseción de dibujarte eterno.
Quiero que nos perdamos en la necesidad de ser...
Hala mi cabello,
grita mi nombre.
Antes de dormir,
Sintámonos con razones para morir.
...Dedicado a todo momento de desbordada pasión y amor
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