El mundo desde sus principios de civilización han recurrido a la guerra como modus oprandi de segregación, dominio y poder. La sangre ha sido la pluma con la que se han escritos las historias. La Nación Americana Estadounidense decide un día conmemorar los caído con un día a la recordación. Pero al igual que muchas cosas en la vida, nunca vasta un día para recordar lo perdido. No he sufrido la desgracia de perder a nadie en una guerra, pero los sufro a todos/as como míos. Por que si la civilización es guerra, mi civilización se humaniza a sufrir a cada hermano/a caído.
La búsqueda del poder es universal,
Universal la sangre derramada,
In removibles de la escena el sufrimiento,
Los llantos, el vacío, el desosiego.
La búsqueda del poder es universal,
Sólo ganan pocos capital,
Pierden muchos la vida.
Hoy se recuerda lo que nunca pasó,
El hijo e hija que no abrazaste,
Los nietos nietas que no tuviste,
El doctor y la doctora que no graduaste,
El te amo, ese que nunca escuchaste.
La búsqueda del poder es universal,
Y universalmente es sufrimiento y nada más.
Nunca se ha justificado una guerra de una manera totalmente válida. Nunca la caída de un pueblo ha significado la enaltecía de otro. Nunca la pérdida de una vida a sido justa y necesaria. Nunca el llanto de una familia debe ser el triunfo de una nación.
lunes, 31 de mayo de 2010
jueves, 20 de mayo de 2010
Sobre los seres y los seres de amor
Me atrevería decir que no hay sensación más grata que esa de sentirse enamorado de la vida en sí misma. Y con “sí-misma” me refiero a brindarle nuestra devoción sobre todas las cosas. Sobre penurias y desventajas, pérdidas y ganancias, días de quemante sol y días de espesa bruma. Y otros días donde el sol y la bruma la llevamos en el alma. Estas palabras que parecerán desoladoras, serán a mí entender, las más motivadoras…
Se empieza la vida sin ningún propósito,
Se continúa, se llora, se amamanta.
Somos lactados por las llamas de las arduas emociones,
Nos quemamos con los desamores, revivimos.
Morimos a pequeñeces, para renacer a grandezas.
Sentimos en la piel el sufrimiento del alma,
Y en el alma sentimos la entrega de la piel.
Es un laberinto con salida desconocida,
Y que no queremos conocer.
Queremos luchar, caminar, caer, despertar.
Deseamos seguir con pesares grandes,
Y morir en alegrías eternas. Una sonrisa.
Vivir en el amor es vivir en todos.
Es vivir en ti, antes que en nadie.
Es desear vivir, hasta la muerte.
[El escritorio se ha inundado por el café de la tarde y Aanadi se retira para poderlo beber]
Se empieza la vida sin ningún propósito,
Se continúa, se llora, se amamanta.
Somos lactados por las llamas de las arduas emociones,
Nos quemamos con los desamores, revivimos.
Morimos a pequeñeces, para renacer a grandezas.
Sentimos en la piel el sufrimiento del alma,
Y en el alma sentimos la entrega de la piel.
Es un laberinto con salida desconocida,
Y que no queremos conocer.
Queremos luchar, caminar, caer, despertar.
Deseamos seguir con pesares grandes,
Y morir en alegrías eternas. Una sonrisa.
Vivir en el amor es vivir en todos.
Es vivir en ti, antes que en nadie.
Es desear vivir, hasta la muerte.
[El escritorio se ha inundado por el café de la tarde y Aanadi se retira para poderlo beber]
viernes, 14 de mayo de 2010
Desde el Estado de Violencia
Es lógico pensar en el miedo cuando vemos qué hace el Estado a los y las estudiantes de la Universidad de Puerto Rico. Lógico, por que cuando nos quedamos sin criterios válidos de lucha Inteligente, la violencia y el abuso de poder es la única opción. Esta entrada es para los y las estudiantes, para que no pierdan la esperanza, no pierdan la fuerza en el espíritu guerrero que los mueve…
La ignorancia es el arma del Estado
para retener las almas inocentes en vilo.
No se dejen tomar el pelo,
No se rindan,
No duerman, el Estado les teme.
La cobardía está plasmada en sus armas,
En sus puños el miedo.
No se rindan a la tiranía, ustedes están venciendo.
Vencen por que luchan, por que lloran,
Pero no se dejan mover.
La ignorancia es el arma del Estado.
El arma que debemos vencer.
La ignorancia es el arma del Estado
para retener las almas inocentes en vilo.
No se dejen tomar el pelo,
No se rindan,
No duerman, el Estado les teme.
La cobardía está plasmada en sus armas,
En sus puños el miedo.
No se rindan a la tiranía, ustedes están venciendo.
Vencen por que luchan, por que lloran,
Pero no se dejan mover.
La ignorancia es el arma del Estado.
El arma que debemos vencer.
sábado, 8 de mayo de 2010
Desde el más allá
El sentimiento de pérdida es uno muy profundo. Casi inexplicable, pero lo intentaré. Es un vacío, que de momento reconoces que no puedes llenar. Es una rosa sin pétalos que lucha para ser hermosa pero no hay manera. Es cuando la frase “míralo por el lado amable” pierde total sentido. Es un negar, un no-aceptar, un no-llorar, hasta que caes en un “ya sé qué pasa”, “ya sé que no lo quiero” y no dejas de llorar. Y la única solución es la resignación, no la aceptación, por que aceptar siempre pretende una decisión y en la muerte pocos deciden. Así que le escribí estas líneas a las pérdidas y espero les ayude a reconfortarse.
Las estrellas han perdido brillo
Desde tu partida.
La mañana busca incesantemente tu luz.
Cada día eres tú entre los intentos
De un nuevo amanecer.
El amor es eterno.
Es eterno por que no murió contigo.
Es eterno porque me llega tu olor en el viento.
Por que me abraza el recuerdo de manera suicida.
El olvido no existe. La pérdida sí.
El llanto pasará. Tu pérdida no.
Y es por eso, que nos sentimos perdidos.
[Aanadi le dedica este escrito a las pérdidas, a los que están en el más allá, a los que nos miran en las noches, a los que nos patean las piedras del camino, a la muerte misma por ser tan justa]
Las estrellas han perdido brillo
Desde tu partida.
La mañana busca incesantemente tu luz.
Cada día eres tú entre los intentos
De un nuevo amanecer.
El amor es eterno.
Es eterno por que no murió contigo.
Es eterno porque me llega tu olor en el viento.
Por que me abraza el recuerdo de manera suicida.
El olvido no existe. La pérdida sí.
El llanto pasará. Tu pérdida no.
Y es por eso, que nos sentimos perdidos.
[Aanadi le dedica este escrito a las pérdidas, a los que están en el más allá, a los que nos miran en las noches, a los que nos patean las piedras del camino, a la muerte misma por ser tan justa]
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