viernes, 26 de marzo de 2010

Necesito de sus favores...

Ser madre es un fastidio extraño y agotador. Si, si, la cosa de "conocer el amor extremo" es demasiado cierto. Pero el fastidio viene de la incertidumbre...

Así que aquí viene mi favor, si llego a faltar, alguien amablemente le entrega esta carta a mi hija…

Naciste el 25 de marzo de 2004 a las 4:10 de la tarde,
Naciste larga y saludable, y con un grito suave y sutil,
Naciste para trastocarme simplemente el resto de mi vida,
Con el ímpetu de un ser indomable y el espíritu de una diosa.
Naciste con los ojos cálidos y las manos suaves,
Con un tacto en mi rostro callaste tu llanto y entonces fui yo,
Quien lloré.
Y me he sentido tan fuete y tan débil desde ese día.
Te he querido dar el mundo y sólo logro darte un día a día,
Quisiera darte todo y me limito a lo que necesitas,
Guardo dinero para tu quinceañero, guardo para tus estudios,
Y vuelvo y lo gasto para estar contigo en el cine.
Me confunde tu inteligencia, me reta, me amas inteligentemente,
Te amo por que aprendí a través de ti a respetar la vida.
A ver siempre un cielo azul a través de la lluvia.
Aprendo a amar las flores, a brindarme con tiempo,
A hablar en el más largo silencio.
Quiero que ames la vida como la única.
Quiero que creas en ti, antes que en cualquier Dios.
Quiero que tengas sueños, quiero que nunca los olvides.
Que respetes como mínima relación al mundo.
Quiero que hagas el amor en una caricia.
Amaría siempre que te dejes acariciar por la delicadeza del mundo.
Nunca mires en el olvido recuerdos innecesarios.
Vístete de blanco y camina en el barro.
Vístete de una sonrisa cada mañana. Y llora en las noches de playa y luna.

El mundo es mi mejor regalo para ti. Respétalo como hermano y hermana mayor.
Canta fuerte, escribe lo que parece que nadie quiere escuchar, quema la
Maldad de otros en la hoguera de algún infierno, pinta el mundo con tu belleza y
Deja que la admiren.
Por que no importan qué otras cosas lleguen a mi vida,
Tu siempre serán mi más hermosa obra de arte.

lunes, 1 de marzo de 2010

Memorias de mañana

[Mientras esperaba en una fila del banco, pensé...]

Como quisiera olvidar que alguna vez
te sentí en mis adentros,
como pecado silente y mórbido,
como pasión referida al olvido.
Tomó el número de la espera eterna,
perdiendo el turno de tu piel serena.

Pensarte me deprime los sentidos,
me embrutece las palabras innombrables entre los quejidos.
Ruge entonces la necesidad de recordarte,
grita el espacio vacío en mi cama
y la estrangulo en una sensación solitaria y tierna.

Quisiera tenerte un instante para engullirte
pedazo en pedazo. Y completar la digestión.

[Aanadi mira como con desprecio el tipo frente a ella en la fila, que aunque es el tercero, sigue maldiciendo a los cajeros. Apesta a prisa sin baño y está nervioso como adicto fuera de sus dosis de metadona]

Dedico estas palabras a los/as osados/as que piensan cuando quieren olvidar, a sabiendas de que pensar sólo dilata más el recuerdo y embrutece más los sentidos.

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